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¿Cómo administrar un almacén? - Principios básicos de administración de almacenes.

  • Foto del escritor: Daniel Ramírez
    Daniel Ramírez
  • 16 sept
  • 3 Min. de lectura

Actualizado: 23 sept

Cuando escuchamos la palabra almacén, solemos pensar en un gran espacio lleno de cajas, estantes y montacargas. Pero la realidad es que los almacenes no solo existen en las empresas: también los tenemos en casa. El clóset, la despensa o ese rincón donde guardamos herramientas son, en esencia, pequeños almacenes que nos ahorran tiempo, dinero y esfuerzo. Quizá te interese saber lo que hace un ingeniero en logística y cadenas de suministro



En el mundo empresarial, el almacén cumple un papel crucial, incluso en tiempos actuales donde metodologías como Just In Time buscan reducir o eliminar la necesidad de acumular inventarios, para la mayoría de las empresas , sigue siendo imprescindible contar con un espacio físico que garantice el flujo correcto de materiales y productos.


Ahora bien, administrar un almacén va mucho más allá de apilar cajas. Requiere visión estratégica, organización y un buen sistema de trabajo. Veamos juntos los principios que hacen la diferencia entre un almacén eficiente y uno que se convierte en un verdadero dolor de cabeza.


¿Qué es un almacén y qué implica administrarlo?


Un almacén es un lugar destinado al almacenamiento temporal de artículos, que puede incluir materias primas, productos terminados, residuos, mercancía en cuarentena o cualquier otro tipo de materiales.


Pero administrar un almacén no es lo mismo que administrar inventarios. Mientras que el inventario se centra en el control de cantidades y movimientos, la administración de almacenes abarca mucho más: infraestructura, operación (maquinaria y mano de obra), seguridad, costos de operación, normas de convivencia y hasta la interacción con otras áreas de la empresa.


Lamentablemente, en muchas empresas se subestima esta gestión. He visto casos donde un solo encargado administra varios almacenes o, peor aún, personal de otras áreas asume la tarea sin que sea su prioridad. ¿El resultado? Desorden, retrasos y pérdida. Para prevenir esto, te recomiendo seguir los siguientes principios:


1.- Una estructura organizacional clara


Antes de pensar en tecnología, software o infraestructura compleja, lo primero es definir una estructura organizacional sólida. Esto significa:


  • Puestos bien definidos.

  • Funciones claras para cada colaborador.

  • Un presupuesto asignado al área.

  • Alcances y limitaciones establecidos.


La administración de almacenes no puede ser un “trabajo improvisado”, necesita reglas claras que permitan optimizar tiempos, reducir riesgos y garantizar un buen servicio interno y externo.


2.-Normas de operación y convivencia


Un almacén no funciona aislado; interactúa con otras áreas como compras, producción, logística y ventas., por lo que deben existir normas de operación enfocadas en:


  • Optimizar los tiempos de atención y manipulación.

  • Reducir riesgos laborales.

  • Mejorar el nivel de servicio al cliente interno y externo.

  • Optimizar costos operativos.


Un reglamento bien estructurado es la base de un almacén ordenado y eficiente.


3.-Gestión Integral


No solo es cuidar los materiales y al personal también debes considerar: :

  • Dimensiones del almacén.

  • Tipos de productos.

  • Clientes y usuarios internos.

  • Personal disponible.

  • Mantenimiento de infraestructura y equipos.

  • Uso de software de gestión.


La estandarización de procesos en cada uno de estos criterios es indispensable así como documentar políticas y procedimientos.


4.- Almacenamiento y codificación de materiales


Uno de los pasos más importantes es establecer un sistema de codificación de ubicaciones. Esto significa asignar un código único a cada zona, pasillo, estante y nivel.

Ejemplo sencillo:


  • Zona A: materiales de mayor rotación (cerca de la salida).

  • Zona B: productos de rotación media.

  • Zona C: artículos de baja rotación.


Con números para pasillos y huecos, la ubicación se vuelve intuitiva y facilita recorridos más cortos.


5.- Implementar buenas prácticas para optimizar la operación


Para que un almacén sea realmente eficiente, conviene aplicar algunos principios como:


  • Aprovechamiento del espacio: no solo horizontal, también vertical.

  • Recorridos mínimos: los productos de mayor rotación deben estar cerca de la salida.

  • Accesibilidad: toda mercancía debe estar disponible y fácil de localizar.

  • Definición de zonas: pasillos, carga y descarga, devoluciones, cuarentenas y residuos.

  • Procedimientos estandarizados: recepción, surtido, devoluciones, manejo de obsoletos.

  • Planificación y pronóstico: el almacén es una fuente de datos valiosa para tomar decisiones.



Errores comunes que debes evitar


  1. Tener una zona de carga reducida genera caos y movimientos innecesarios.

  2. Clasificar de forma ineficiente provocará productos dispersos lo que se traduce como pérdida de tiempo.

  3. Saturar el almacén

  4. Falta de personal capacitado, pocos colaboradores o personal sin conocimiento generará un desastre tarde o temprano.

  5. Tener un software deficiente o no apto para las necesidades del negocio.


En resumen


La administración de almacenes es una disciplina que combina orden, estrategia y visión a futuro. Un buen almacén no solo guarda productos: genera eficiencia, reduce costos y mejora el servicio al cliente.


Así que, si eres estudiante de ingeniería industrial o ya trabajas como supervisor de almacén , que no es un simple cuarto lleno de cajas, sino como el corazón silencioso de la operación. Dominar sus principios te dará una ventaja competitiva en tu vida profesional.

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